Pensamiento

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lunes, 21 de septiembre de 2015

Las Obras de Misericordia

INTRODUCCIÓN


En la vida de la humanidad hay muchos valores que todos deben tener para vivir en armonía y una vida digna al mandato de Dios, enfocándonos en un valor se presenta el de la caridad; donde se aborda la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia hacia los hombres sobre la caridad, Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate afirma que “la caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia.  
La caridad es activa, dinámica y se mueve en dirección del bien al prójimo, la caridad no solamente es un valor, es un alimento para el alma, porque cuando se realiza un acto caritativo no solo se ejerce la caridad ya que se practican a la ves un conjunto de valores con los cuales demostramos nuestro amor por el prójimo y por Dios mismo.
La caridad es una manifestación no solo de solidaridad con quienes tienen necesidad, sino también y sobre todo, de nuestra conciencia de que los bienes del mundo son para todos; a continuación detallaremos el significado de Caridad como principio fundamental de la vida del cristiano y fundamento de la doctrina social de la iglesia. 



¿Y en tu vida? ¿Que es lo que mas deseas?


El abrigo una Historia sobre la Caridad


• La Caridad, virtud reina del Cristianismo


Es la base de toda espiritualidad cristiana, es el distintivo de los auténticos cristianos.  (Catholic.Net, Caridad, Virtud Reina del Cristiano, 2013) Según la DSI la caridad es la más  excelente vía que busca recorrer las cuestiones sociales. (Compendio, 2014)
El Catecismo de la Iglesia Católica en el No.1856 señala la importancia vital de la caridad para la vida cristiana.

1856 El pecado mortal, que ataca en nosotros el principio vital que es la caridad, necesita una nueva iniciativa de la misericordia de Dios y una conversión del corazón que se realiza ordinariamente en el marco del sacramento de la Reconciliación:
«Cuando [...] la voluntad se dirige a una cosa de suyo contraria a la caridad por la que estamos ordenados al fin último, el pecado, por su objeto mismo, tiene causa para ser mortal [...] sea contra el amor de Dios, como la blasfemia, el perjurio, etc., o contra el amor del prójimo, como el homicidio, el adulterio, etc [...] En cambio, cuando la voluntad del pecador se dirige a veces a una cosa que contiene en sí un desorden, pero que sin embargo no es contraria al amor de Dios y del prójimo, como una palabra ociosa, una risa superflua, etc., tales pecados son veniales» (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 88, a. 2, c). (Catesismo de la Iglesia Catolica, s.f.)

La morada de la caridad es la voluntad humana. Aunque a veces la caridad es incesantemente emocional y frecuentemente reacciona sobre nuestras facultades sensoriales, reside propiamente en la voluntad racional, un hecho que no deben aquellos que la hacen una virtud imposible. (Ec.aciprensa.com, 2010)
La caridad es la virtud reina, el mandamiento nuevo que nos dio Cristo, por lo tanto es la base de toda espiritualidad cristiana. La caridad es la virtud sobrenatural por la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Es la virtud por excelencia porque su objeto es el mismo Dios y el motivo del amor al prójimo es el mismo: el amor a Dios.
Al hablar de la caridad, hay que hablar del amor. El amor “no es un sentimiento bonito” o la carga romántica de la vida, el amor es buscar el bien del otro. La DSI dice que la Caridad cuando es vivificada por el amor hace sentir como propias las necesidades y exigencias de los demás e identifica cada vez más la comunión en los valores espirituales y la solicitud por las necesidades materiales. (Compendio, 2014)
La vía de la Caridad debe ser reconsiderada en su auténtico valor de criterio supremo y universal de toda la ética social.
Los valores de la verdad, la  justicia y de la libertad, nacen y se desarrollan de la fuente interior de la caridad.
La caridad presupone y trasciende la justicia la cual se complementa con la caridad; no se pueden regular las relacione humanas únicamente con la medida de la justicia.
Solo la caridad, en su calidad de “forma Virtutum” pude animar y plasmar la actuación social para edificar la paz, en el contexto de un mundo cada vez más complejo.   (Compendio, 2014)

Thomas Alva Edison dijo “La caridad es una virtud del corazón no de las manos”; y pues ciertamente la caridad es una virtud que se practica por amor a Dios y por consiguiente por amor al prójimo, la caridad no se hace con las manos ellas solo son el instrumento que podemos utilizar para hacer actos caritativos, pero la verdadera caridad tiene que venir desde adentro, y se debe de practicar por amor no por conveniencia. 
                                                                                                            (Josseline Alejandra Linares)


· CARIDAD, LA MAYOR DE LA VIRTUDES


La caridad, es la tercera y mayor de las virtudes Divinas enumeradas por San Pablo; “Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad”. (1 Corintios 13, 13), Esta caridad, que se define como algo divinamente infundido, es la que inclina al hombre a amar a Dios por sobre todas las cosas, y al hombre por amor a Dios, “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Romanos 5, 5).
La caridad habita en la voluntad humana, y en algunas ocasiones es intensamente emocional, y reacciona con frecuencia según nuestras facultades sensoriales, aún reside propiamente en la voluntad racional, hecho que no debe olvidarse pues sin ella sería una virtud imposible.

Tener caridad, es un acto de amor benévolo, es decir, es de un comportamiento que tiene buena voluntad, simpatía y comprensión hacia los demás y sin distinción de personas; "Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; porque así acumulas lumbres sobre su cabeza,  el Señor recompensará" (Romanos 12,20).


Nos corresponde como cristianos, practicar la caridad que nos ha enseñado el Señor, en especial con los más pobres, y si no lo hacemos, ofendemos a Dios, porque el que tiene compasión del miserable honra al Creador; “Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor; más el que se apiada del pobre, le da gloria”. (Proverbios 14,31). Asimismo el que se burla del pobre ofende al Señor, que lo ha creado; “Quien se burla de un pobre, ultraja a su Creador” (Proverbios 17,5); por el contrario, el que practica la caridad con el pobre hace un préstamo al Señor; “Quien se apiada del débil, presta al Señor, el cual le dará su recompensa”. (Proverbios 19,17). Amar a Dios es desearle a Él todo honor y gloria y todo bien, y, en la medida de nuestras posibilidades, empeñarse en obtenerla por Él.                                                                              (Brant, 2008)


La caridad si no es concreta de nada sirve, sería una falsedad. Esta caridad concreta puede ser interna, con la voluntad que nos lleva a colaborar con los demás de muchas maneras. También puede ser con la inteligencia, a través de la estima y el perdón.
Estamos obligados al apostolado porque cualquier bautizado debe de promover la vida cristiana y extender el Reino de Dios, llevando el Evangelio a los demás. Si yo amo a Dios, es lógico querer que los demás lo hagan también; la DSI nos dice que la caridad social y política no se agota en las relaciones entre las personas, sino que se despliega en la red en la que estas relaciones se insertan, que es precisamente la comunidad social y política, e interviene sobre esta, procurando el bien posible para la comunidad en su conjunto.
Ahora bien, la causa y el fin de la caridad están en Dios no en la filantropía (amor a los hombres). La caridad tiene que ser siempre desinteresada, cuando hay interés siempre se cobra la factura, “hoy por ti, mañana por mí”. Obviamente tiene que ser activa y eficaz, no bastan los buenos deseos. Tiene que ser sincera, es una actitud interior.
Para el cristianismo, la caridad es una de las tres virtudes teologales, junto a la fe y la esperanza. El cristiano ama a Dios por Él mismo y a su prójimo por amor de Dios. La caridad implica que el fin de todas las acciones es el amor.



Todo ser humano desde que nace se les da la enseñanza para vivir en armonía y vivir felices, nuestros padres desde pequeños nos enseñan a compartir con los demás y que no es necesario que ellos nos devuelvan algo a cambio; y al compartir algo nuestro con alguien que lo necesita, en el corazón queda una felicidad enorme al saber que le va ayudar en su vivir. Como dijo Don Bosco: “Donde reina la caridad, ahí está la felicidad”.  Cuando compartimos con los demás hacemos muchos amigos, que no nos devuelven materialmente pero lo devuelven espiritualmente en oraciones en el amor, ya que se está cumpliendo el mandato de Jesucristo y así nos llenamos más de amor hacia los demás y aún mucho más a Dios, con lo cual vamos caminando y subiendo los escalones para llegar al cielo. Tomando las palabras de Henry Ward Beecher: “Cada acto de caridad es un paso más hacia el cielo”.
(Aporte del compañero Jesus Oswaldo Calderón)



CONCLUSIÓN

La enseñanza de la iglesia es lo más importante en la vida cristiana, ya que la virtud de la caridad debe ser la reina en nuestras vidas, al hacer actos caritativo, hacemos justicias y damos ayuda a quienes lo necesitan, y así que un cristiano no puede vivir sin esta virtud. Por medio de la caridad cumplimos con el mandato de Jesucristo.
La caridad es pues un don de Dios que nos permite amar en medida superior a nuestras posibilidades humanas. Es amar como Dios, no con la perfección que Él lo hace, pero sí con el estilo que Él tiene.
La Caridad es una de las tres virtudes teologales, junto con la fe y la esperanza. La mayoría de nosotros como dar dinero y ayuda a los pobres, y si este es en alguna forma su sentido, pero el valor de la caridad va mucho más allá.
La caridad tiene que ver con dar una mano a quien es menos afortunado o está más necesitado que nosotros y esto cubre muchos más aspectos no solo, el material. En esta virtud se encierra también la bondad y se expresa en estas bellas palabras de ese gran reformador social que fue Jesucristo “Haz el bien sin mirar a quien”.
Gracias a esta investigación con la cual hemos aprendido la importancia de la caridad, concluimos que esta no es solo un principio importantísimo, es más bien un estilo de vida sobre todo para la vida del cristiano. 

Bibliografía

 

Brant, P. S. (14 de Noviembre de 2008). Caminando con Jesus. Obtenido de Caminando con Jesus: http://www.caminando-con-jesus.org/reflexiones/vii.htm
Catesismo de la Iglesia Catolica. (s.f.). Obtenido de Catesismo de la Iglesia Catolica: http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s1c1a8_sp.html
Catholic.Net. (Mayo de 2013). Caridad, Virtud Reina del Cristiano. Obtenido de Caridad, Virtud Reina del Cristiano: http://es.catholic.net/op/articulos/7191/la-caridad-virtud-reina-del-cristianismo.html
Catholic.Net. (19 de Agosto de 2015). Obras de Misericordia. Obtenido de http://es.catholic.net/op/articulos/53920/obras-de-misericordia-corporales-y-espirituales.html
Compendio, d. l. (2014). La Via de la Caridad. En Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (págs. 114-116). Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana.
Definicion.de. (Junio de 2008). Caridad. Obtenido de http://definicion.de/caridad/
Ec.aciprensa.com. (8 de julio de 2010). Caridad. Obtenido de Caridad: http://ec.aciprensa.com/wiki/Caridad